¿Cómo murió el Sultán Soleiman?

En 1566, a los 72 años de edad, el sultán Suleiman sufría de padecimientos que, cada vez más, impedían su movilidad, hasta el extremo de que eventualmente perdió la habilidad de caminar y de realizar muchas otras actividades necesarias para la gobernanza. A raíz de estas dificultades, se le recomendó al Sultán dejar de asistir a las campañas de guerra, las cuales quedaron a cargo de los mejores oficiales de su ejército. El Sultán Soleiman accedió a regañadientes, pues a pesar de su edad seguía siendo un hombre de gran valor. Asimismo, sabía que su ausencia en la batalla sería vista como un síntoma de debilidad, razón por la cual el pueblo y los miembros de la armada cada vez lo veían con mayor recelo.

El Sultán Soleiman se vio obligado a demostrar su grandeza

Conforme fueron pasando los años, con el Sultán Soleiman ausente del campo de batalla y de las campañas de defensa y conquista de nuevos territorios, el Sultán se sentían cada vez más incómodo. Un buen día, en 1566 Soleiman I decidió comandar personalmente una campaña en Hungría. Aunque la gota y la artritis debilitaban su cuerpo de manera acelerada, logró atravesar varias ciudades montando un caballo mostrando entereza, sabiendo que para el pueblo habría sido inaceptable verlo sentado en un carro como si se tratara de un día de descanso

El 7 de agosto de 1566 comenzó el asedio de Szigetvar, que contaba con un castillo muy fuerte y 4 ciudadelas rodeadas por profundas trincheras de agua. Aun así, al Sultán Soleiman le llevó un mes capturar las cuatro ciudadelas. El triunfo se veía muy cerca cuando, el 5 de septiembre, un soldado de su armada logró escalar sobre las elevadas murallas de la ciudadela principal e hizo explotar el muro en mil pedazos, con lo que obligó a los defensores a huir replegarse en el último bastión.

A un paso de la victoria, el 6 de septiembre de 1566, murió el sultán Suleiman, a causa de sus enfermedades, durante la noche, justo antes de que comenzara la ofensiva final. El Gran Visir, llamado Sokullu Mehmed Pasa, mantuvo la muerte del sultán en secreto, para evitar el caos entre los soldados mientras hacían caer la ciudad de Szigetvar.

El Gran Visir decide mantenerlo en secreto

El Gran Visir envió un mensajero para solicitar la presencia urgente del príncipe heredero, Sehzade Selim, en Belgrado. Mientras tanto, los órganos internos del sultán fueron enterrados a cierta profundidad debajo de la tienda de campaña, para evitar que se esparciera el olor del cadáver. Su cuerpo fue llenado de flores y se enterró temporalmente bajo su trono. La primera oración fúnebre se realizó en su tienda por parte de las personas que estaban enteradas de la situación.

El 7 de septiembre, el Gran Visir ordenó la ofensiva final y la ciudad fue tomada. Aun así, decidió mantener la muerte del sultán en secreto, hasta que llegara el nuevo sultán Selim y tomara el mando del ejército.

Incluso después de la conquista, el Gran Visir trató de ganar algo de tiempo. Comenzó a reconstruir las murallas. Cuando supo que el nuevo sultán se acercaba a Belgrado, el ejército abandonó Szigetvar para dirigirse a Belgrado.

Cuando el ejército se acercó a las murallas de Belgrado, el Gran Visir ordenó que comenzaran las recitaciones del Corán. Los hombres de estado reconocieron la situación y cambiaron sus ropas al color negro. El ejército se dio cuenta de lo que estaba pasando. Según los relatos de los testigos oculares, el ejército dejó de caminar y todos se arrodillaron. El ejército entero comenzó a llorar y gritar. La muerte del Sultán Suleyman fue revelada después de 42 días.

El Gran Visir controló la situación a duras penas la situación y contó al ejército que el nuevo sultán Selim llevaba 17 días esperando reunirse con su ejército victorioso y el funeral de su padre en Belgrado.

La decisión del nuevo sultán

El sultán Selim llevó a su padre a Estambul, donde se celebró un tercer funeral y su cuerpo fue enterrado en el lugar de su futura tumba en Suleymaniye. Se colocó una tienda sobre la tumba hasta que Mimar Sinan construyó la tumba.

Después de la conquista de Chipre, el sultán Selim construyó una tumba para los órganos internos de su padre y un pequeño castillo alrededor de la tumba. Poco después, tras la pérdida de Hungría en las guerras de la Liga Santa, la tumba fue destruida. Sobre los órganos internos de Suleyman se construyó una iglesia católica, conocida como la capilla de Turbek.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top